LOLA

Fotografía: By Belén Estévez (Salamanca)

Lola acaricia cada gota derramada.

Cada gota silenciada.

Cada gota no cincelada.

Cada gota que se escurre entre sus gestos.

Lola esta empapada de  un sufrimiento que no cede, que no comprende.

Su cuerpo tintinea  como las hojas de los árboles en un otoño naciente.

suave y tímidamente.

                       

Lola cierra los ojos.

Los aprieta tan fuerte.

Que rasga aún más sus parpados ya agrietados.

Sus pupilas se tornan enrojecidas.

Sus lagrimales se muestran despellejados.

Lola se rasga poco a poco, vertiginosamente.

Con su alma resquebrajada.

Con sus lagrimas consecuentes.

Se desgaja su simiente.

Se desgarra entera mientras se escucha.

Todavía se miente.

Y le espera acurrucada.

 En su silencio humedo murmulleante.

En su colchon de paja pesada.

Arropada con  gelidas sabanas color sangre , de tacto hiriente.

Y le espera acurrucada.

En el precipicio de una vida profanada.

En su principio alborado.

En su fin incipiente.

Y el acude con su instinto desorganizado.

Guiado por el escalofrío del  que en ese momento no siente.

Y se presenta, disfrazado.

con abrazos, besos y palabras  envolventes.

Lola ,le mira a los ojos, cabizbaja.

El,  la observa agitado, fría y fijamente.

 La atraviesa con sus puños,con sus piernas,con sus pies, con sus ojos, con  su boca, con su lengua, con sus dientes ,con su frente.

Lola cae una y otra vez contra el suelo, duramente.

Una sombra color muerte la acoge  entre sus brazos suave y ásperamente.

Lola , se desvanece.

Desaparece su dolor.

Se evapora su simiente.

Ahora, su aroma perfuma aquellos que la amaron, la aman y la amaran por  siempre.

Ahora, los gestos  de su rostro  tallados a golpes por el cincel de su verdugo,

 esbozan una sonrisa que impregna  un  sabor agridulce al ambiente.

Ahora reposa cruelmente.

Ahora descansa perennemente.

Texto: Marisa Albo, 25 de Julio 2015